Freddy
Otárola parece recordar su corazón fujimorista.
Mientras
el ministro de trabajo, Freddy Otárola Peñaranda, siguió defendiendo la ley del
empleo juvenil en todos los medios de comunicación nacional, recibiendo el
respaldo del propio mandatario de la nación, la primera dama y algunos colegas
suyos, en las calles de todo el país los jóvenes respondían y rechazaban
masivamente la ley calificándola de ley
Pulpin. La reacción de los hombres del derecho también se hizo sentir.
En Huaraz,
el abogado laboralista huaracino, Félix Garay Mendoza continuó observando la
ley juvenil de empleo, indicando que el ministro de trabajo parece no olvidar
su corazón fujimorista porque con esta ley lo que está haciendo es volver a ese
pasado oscuro de donde desaparecieron todos los derechos laborales e impusieron
los dañosos SNP, los contratos de locación que hoy tiene postergado de todo
derecho laboral al pueblo.
Esta
ley del empleo juvenil que propala el
ministro Otárola tiene un nombre y es en favor del sector empresarial, de la
derecha de quienes se ha vuelto como Ollanta sus grandes amigos, no favorecer a
los jóvenes, con ese cuento de promover el empleo, terminar con la
informalidad, intentan decir a los jóvenes que con esta ley legalizarán un
trabajo digno, esto es un insulto a la gente inteligente.
Señores,
que va pasar con esta ley, será algo sencillo los trabajadores competentes,
calificados que por derecho querrían ganar un mejor sueldo, simplemente serán
despedidos por los empresarios para ser desplazados por los jóvenes que no
tendrán derecho laboral alguno, tanto es el alarma de esta ley juvenil que la
misma organización internacional de trabajo (O.E.I.), ha observado esta actitud
de un gobierno supuestamente nacionalista. La reacción de los jóvenes estamos
seguros que harán retroceder al gobierno y su ministro derechistas, señaló
Garay Mendoza.
