“Los políticos y los pañales deben ser cambiados con frecuencia…ambos por la misma razón”, citó el Premio Nobel de Literatura George Bernard; y al parecer es una frase creada a la medida de una “calaña política” como en Ancash; pero que culpa tienen estos “angelitos” de ser elegidos? Ellos solo son producto del sofisticado olfato para el irresistible aroma de la podredumbre y mediocridad de nuestro electorado al momento de elegir a sus autoridades.
Pues bien, como para pautear la
agenda setting en esta nueva semana de cuarentena, PRESENTE! Dijo, la SOMISTA Sr.
Normal Alancastre, actual Congresista de la República por Ancash, quien al
inicio fuera conocida por su Farmacia “Bazan” en la ciudad de Chimbote y
últimamente cuestionada porque en el negocio farmacéutico que en un momento la
ayudó a obtener un escaño en el congreso ahora se convierte en enemigo público
de los más necesitados.
Hace unos días en las redes
sociales una persona de limitados recursos económicos hizo público que en dicho
establecimiento tuvo que pagar S/190.00 por 10 pastillas “Azitromincina” de
500gm, el cual cuesta normalmente entre S/2.00 ó S/3.00 soles y sus mejores
marcas 12 soles la unidad, sin duda éste hombre perdió toda esperanza al verse sometido
por una farmacia perteneciente a un congresista a quien apoyaron en su momento
y que hoy les vende medicamentos con los precios por las nubes.
Y es que no hay problema pues no
existe delito alguno en ello, todos sabemos sobre el “Libre mercado”, “La
oferta y la demanda”, y otras justificaciones viciosas de la conveniencia de
los seres frívolos, pero definitivamente existe una condena que va más allá de
la legalidad y esto tiene que ver con la conciencia y la humanidad, términos
menoscabados y poco reconocidos pero que hacen la diferencia entre la “boticaria”
amable que conocieron en campaña y la nueva congresista con aires de grandeza
que ya obteniendo lo que quiso se olvida de quienes aun sabiendo de sus
limitaciones para la oratoria y poco orden de sus ideas la apoyaron por ver en
ella decencia.
Pero como bien se sabe la
traición nunca es fácil de manejarla, y no hay forma correcta de aceptarla, por
ende solo me queda preguntar: Porqué se volvió “Indolente congresista”?