Desde hoy y durante una semana, la fe, la cultura y la alegría se unen en un derroche de fervor y tradición que cautiva a propios y extraños.
Al son de las tradicionales quenas y huancas, los danzantes, ataviados con sus vistosos trajes y máscaras, llenan las calles de Huaraz de color y movimiento. Sus pasos, llenos de energía y sincronía, narran historias ancestrales y rinden homenaje al Señor de Mayo.
Entre las danzas más destacadas se encuentran los Shacchas, con sus acrobacias y piruetas, las Huanquillas, con su elegancia y coquetería, y los Atahualpas, imponentes en su representación del último Inca.
Más allá de la espectacularidad de sus danzas, los grupos de danzantes expresan su profunda devoción al Señor de la Soledad. Sus rostros reflejan la fe y el fervor que los motiva a participar en esta tradicional festividad.
