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Miguel Arista

Esa cosa llama Educación

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Frecuentemente escuchamos o leemos muchos discursos sobre “calidad de la educación” y sobre ello surgen diversas opiniones; sin embargo, pese a que la educación es un fenómeno que nos concierne desde que nacemos, muy pocas veces nos detenemos a definir primero que entendemos por educación, para saber si esta es de calidad o no. En este caso sucede como en la frase :”No se puede querer lo que no se conoce”

Si empezamos por la raíz etimológica del concepto de educación, se dice que procede del término latino educare”, cuyo significado es “criar”, “alimentar” o “Instruir”  pero también se sostiene que podría provenir de “Educere” que significa “extraer”, sacar algo de dentro del hombre. De estas dos raíces surgen concepciones opuestas que se ponen en práctica hasta nuestros días. Una de ellas que aun concibe que hay que alimentar al estudiante de conocimientos sean conceptuales u otros, y, por otro lado, los que abogan por sacar y desarrollar  las mejores potencialidades del educando.

Estudiosos del tema señalan que  hace noventa años, Rufino Blanco, en su Enciclopedia de Pedagogía (1930), identificó hasta 184 definiciones de educación. Eso demuestra que hay diversas concepciones. ¿Cuál es la suya? Con sus propias palabras, no hace falta ser profesor, académico o erudito para ensayar una idea como esta.

El sistema educativo peruano hace 17 años  estableció  su concepto en al artículo 2° de la Ley N°28044, Ley General de Educación, allí nos dice:“La educación es un proceso de aprendizaje y enseñanza que se desarrolla a lo largo de toda la vida y que contribuye a la formación integral de las personas, al pleno desarrollo de sus potencialidades, a la creación de cultura, y al desarrollo de la familia y de la comunidad nacional, latinoamericana y mundial. Se desarrolla en instituciones educativas y en diferentes ámbitos de la sociedad”. Ahora bien, ¿compartimos ese concepto?, ¿representa lo que esperamos de la escuela y la sociedad? Después de 17 años ¿ese concepto se lleva a la práctica?; A pesar que los cambios en educación se producen a largo plazo ¿Cuáles han sido los resultados hasta ahora?¿Se reflejan en nuestra sociedad?

Para muchos abordar algo “tan elemental” como el tema que planteo puede resultar ocioso e innecesario o reservado solo para “maestros” o discusión de  “académicos”; sin embargo, desde mi punto de vista es fundamental para todos. Las personas, en general, no somos neutras, aunque muchas veces de manera inconsciente, llevamos a la práctica nuestra filosofía, ideología, cosmovisión o como quiera llamar a su “forma de pensar” conformada por sus experiencias y creencias. Detrás de toda práctica subyace una concepción. La educación, y la práctica pedagógica dentro de ella, no es la excepción; por otro lado, las decisiones que toman los padres respecto a la institución educativa que escogen para sus hijos también están sujetas a lo que “creen” que es buena educación.

En los últimos años la vorágine de la sociedad moderna  y la necesidad de trabajar para sobrevivir nos ha llevado al automatismo, a vivir corriendo, sin detenernos a reflexionar sobre lo que hacemos ,pese a que “eso” que hacemos o decidimos afecta nuestro futuro y con ello el de la sociedad; por eso, este no pretende ser un artículo académico, únicamente   tiene el propósito de reflexionar para no repetir, por inercia, conceptos  que no hemos comprendido, dando por “sobre entendido” lo que ni siquiera hemos pensado.

La educación no es aprobar exámenes, ganar desfiles, ganar diplomas, concursos y premios fomentando el individualismo pragmático, si así fuera hace rato seríamos una sociedad desarrollada ; la educación, sea que se desarrolle dentro o fuera de la escuela, además de lo dicho en el concepto oficial ,debe estar orientada  al bien común y a la solución de los problemas sociales en un marco de solidaridad, respeto y ejercicio responsable de la ciudadanía; si no lo logra “esa cosa” no es educación, no sirve. ¿Para usted qué es educación y para qué sirve?

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