En una reciente encuesta virtual elaborada por Ancash Consulta SAC nuevas agrupaciones políticas están captando la mayor atención del electorado ancashino, relegando a los partidos tradicionales a posiciones secundarias. Progresemos y Partido Verde emergen como las principales fuerzas políticas en la región, seguidos por otras organizaciones de reciente formación como Ahora Nación y Perú Primero, mientras que partidos históricos como Acción Popular, Podemos, Somos Perú y Fuerza Popular muestran un respaldo considerablemente menor.
En la provincia del Santa, la contienda se presenta reñida entre Jesús Veliz, Carlos Lynch y Hernán Arroyo, quienes mantienen una estrecha diferencia en las preferencias. Mientras tanto, en Nuevo Chimbote, Nilton Espinoza ha logrado establecer una notable ventaja sobre sus competidores más cercanos.

La ciudad de Huaraz presenta un panorama electoral altamente competitivo, donde Antonio Noriega, Evert Valverde y Alex Cordero lideran las preferencias con márgenes muy estrechos entre sí. En Yungay, Hugo Mallqui se posiciona como el favorito, seguido por Marco Romero. Mientras que en Huari tal parece que la contienda será entre Acción Popular y el Partido Verde.
Esta medición de tendencias, realizada a través de plataformas digitales, refleja principalmente las preferencias de la población con acceso a medios virtuales y solo mide tendencias. No tiene validez científica. Asimismo, se ha detectado una intensa actividad en redes sociales por parte de los precandidatos con usuarios extraños, aunque es importante señalar la presencia de interacciones que podrían no representar genuinamente el sentir ciudadano.

El perfil ideal de las futuras autoridades, según los encuestados, se inclina hacia capacidades técnico-profesionales, la gente pide a una persona nueva, aunque también se valoran aspectos como el liderazgo social y la capacidad de escucha. Esta tendencia sugiere una evolución en las expectativas del electorado ancashino hacia una gestión más profesional.
Considerando que faltan 21 meses para los comicios, estas tendencias podrían experimentar cambios significativos, especialmente dado el temprano inicio de las actividades proselitistas y la naturaleza dinámica del entorno digital en el que se desarrolla la actual medición de preferencias electorales.