Huaraz, capital de la Región Ancash, se enfrenta a un desafío constante cada fin de semana. Los sábados y domingos, la ciudad se ve sumida en el caos y el descontrol, dejando en evidencia la ausencia de los policías municipales quienes son responsables de mantener el orden en las calles. Esta situación genera una sensación de impunidad que se extiende por las principales vías de la ciudad, pero una de las más afectadas es el Jr. Juan de la Cruz Romero y su prolongación Raimondi.
Estas calles se convierten en un escenario donde los vendedores informales se adueñan del espacio público sin restricciones, llenando las aceras y obstaculizando el tránsito peatonal. La falta de presencia policial directa o indirecta para regular estas actividades informales contribuye a la proliferación del desorden, creando un ambiente de caos que afecta a residentes y visitantes.
Incluso la Policía de Tránsito, encargada de controlar el flujo vehicular, se enfrenta a grandes dificultades para mantener la situación bajo control. La abrumadora cantidad de unidades móviles que circulan por estas vías, en su mayoría mototaxis y vehículos particulares, se convierte en un obstáculo para el tránsito seguro de los peatones.
