El uso de las mochilas salvadoras en pleno movimiento sísmico, sólo es un negocio comercial, las sirenas y la bulla total, lo único que origina es miedo, temor, desesperación de ancianos y niños.
“El simulacro para mí, no creo que traiga buenos resultados, porque mucha gente mayor de edad como niños al escuchar la sirena se desespera, los primeros recuerdan que fue el sismo del 70 y los niños de desesperan.
Ahora las instituciones públicas que hacen, tinquean sus carros y corretean, sismo, sismo, ese tipo de acciones debe de cambiar.
Ahora, sobre las mochilas salvadoras, que indican está lleno de alimentos y medicamento, eso para mí es otro negocio redondo para los organizadores de los simulacros, porque cuando hay un sismo, las personas tienen que ayudar a quien a la mochila o a las personas de la tercera edad.
Sobre los círculos que dibujan en las calles y edificios, tampoco se justifica, la gente se reúne en el interior del mismo, agarraditos de la mano, pensando que ese círculo le va salvar la vida porque el movimiento de la tierra, eso no es correcto, no se está educando bien” dice el ingeniero.
