En un contexto donde la delincuencia, el robo, los asaltos y las extorsiones preocupan a la población de Huaraz, especialmente por la participación de jóvenes y menores de edad, la historia de dos mujeres del programa Pensión 65 resalta como un faro de esperanza y ejemplo de trabajo duro y superación.
Eugenia de Paz Salas, de San Miguel de Aco en Carhuaz, y Nicolasa Duelas de Cahuana, de Ticapampa en Recuay, son dos mujeres de la tercera edad que, a pesar de vivir en condiciones de pobreza y extrema pobreza, han encontrado en el trabajo artesanal una forma de salir adelante y mejorar su calidad de vida.
Día tras día, Eugenia y Nicolasa dedican horas a tejer gorras, guantes, chullos y bufandas de lana de alpaca. Su trabajo, fruto de su esfuerzo y dedicación, lo venden en las diversas ferias a las que son invitadas por el programa Pensión 65, con el apoyo del gobierno central.
Estas dos mujeres son un ejemplo para todos, especialmente para los jóvenes que buscan un camino fácil para ganarse la vida. Su historia nos enseña que el trabajo honrado y la perseverancia son las claves para superar las dificultades y alcanzar una vida digna.
