Conéctate con nosotros

nacionales

José Ignacio de Romaña: Una joya llamada Perú

La visión de Walt Disney sobrepasó todo tipo de fronteras y, a casi 100 años de su fundación, sigue vigente transformando miles de vidas.

image_pdf

 

 

Alguien dijo alguna vez “si lo sueñas, es posible”, y no solo lo dijo, sino que lo demostró, creando con imaginación y trabajo la industria de comunicación y diversión más exitosa del mundo. La visión de Walt Disney sobrepasó todo tipo de fronteras y, a casi 100 años de su fundación, sigue vigente transformando miles de vidas.

 

Todos soñamos, pero los sueños se quedan en simples ilusiones si es que no caminamos hacia ellos, si es que no empezamos la ruta que los haga realidad. Ese camino requiere de intuición, imaginación, estructura, convicción, constancia, temple, trabajo y una dosis de suerte. Esa mezcla se denomina emprendimiento, y quienes la ejercitan se llaman emprendedores.

 

Pero, ¿cuál es el factor de éxito?, ¿quién dice si los sueños vueltos realidad serán exitosos o no? Claramente la fórmula perfecta no está escrita, pero es la pasión, es la adrenalina, es el fin que se persigue, lo que motiva a los emprendedores y lo que hace posible aterrizar esos sueños en proyectos concretos.

 

Walt Disney quería a través de la comunicación y el entretenimiento darle una cuota de educación y valores a la gente, quería rescatar lo mejor de la aspiración del pueblo americano y sacar sonrisas mientras comunicaba. Un fin tan loable trajo consigo una serie de círculos virtuosos que ha permitido hasta nuestros días que la corporación que Disney fundó siga vigente y marcando el paso en su industria. Es así, son los fines loables y meritorios los que aportarán una dosis doble o triple a la fórmula de éxito, ya que la misma sociedad empujará para que ese proyecto en conjunto salga adelante.

 

En el año 2007, el Almirante Juan Ribaudo junto con el Almirante Jose Noriega, decidieron iniciar un gran emprendimiento, crear un puerto que permita al Perú mejorar su eficiencia comercial en la región, un proyecto que compartió con un grupo de empresarios que lo hicieron suyo y trabajaron arduamente para sacarlo adelante. Han sido 12 años desde la concepción de la idea, la planificación del proyecto, la búsqueda del socio estratégico, y la interacción con las autoridades, siguiendo todos los procedimientos regulatorios para conseguir los permisos necesarios que permitirán transformar el área de Punta Chancay en un Puerto de Clase Mundial, para orgullo de todos los peruanos. Este emprendimiento guarda un gran potencial transformacional para la región, impactando favorablemente en el crecimiento de miles de compatriotas y por ende del país; cuando el fin que persiguen los empresarios va más allá de los simples números, se genera un circulo virtuoso con la sociedad que activa e impulsa un efecto multiplicador en beneficios de todos.

 

En un inicio, la inversión está planificada en US$1.300 millones para poner operativa la primera etapa del puerto; asimismo, esta etapa demandará una serie de servicios conexos a la actividad portuaria, cuyo resultado permitirá un crecimiento sostenido en la actividad económica del distrito de Chancay y la provincia de Huaral, transformando la vida de miles de peruanos, y dando pasos ciertos para la descentralización del país. Compartimos el sueño del Almirante Juan Ribaudo y hemos emprendido el reto de seguir contribuyendo al desarrollo del país porque sentimos una gran responsabilidad sobre nuestras espaldas al haber recibido una educación de primer nivel en el Perú, y eso se devuelve a la patria, se arriesga, se trabaja duro, apostando por el desarrollo de nuestro país.

 

Este es solo un sueño, cuántos sueños más hay dando vueltas en las mentes de tantos emprendedores que permitirían cambiar al Perú, cambiar a la región, mejorar el nivel de vida de miles de peruanos con la simple acción de trabajar en pos de hacerlo realidad. Cuántos peruanos emprendedores están en búsqueda de hacer realidad sus sueños al igual que Walt Disney, y que solo necesitan un adecuado marco regulador que les permita sacar adelante sus proyectos, en un país que lo tiene todo, pero al que le faltan las inversiones necesarias para aprovechar esa gran riqueza que ofrece nuestra generosa tierra.

 

Metafóricamente, si comparamos a los países con los automóviles, lo más alto de las categorías sería un automóvil Fórmula 1, el auto más tecnológico y eficiente qué hay, una joya de la ingeniería; cuando uno de esas máquinas es conducida por un piloto profesional supera los 300 km /hora con la precisión de un reloj suizo, y cuando una de esas joyas de la ingeniería gana una carrera, es todo un equipo de más de 100 profesionales trabajando conjuntamente, los que hacen posible eso suceda. Pues el Perú es como un auto de Fórmula 1, un regalo de Dios, con un océano Pacifico rebosante de posibilidades de vida marina, una costa árida bendecida por valles de aguas cordilleranas, lo cual la hace un lugar ideal para la agricultura, una cordillera que guarda riquezas minerales incalculables, y una selva que es el pulmón del mundo con inigualables tesoros por preservar para la humanidad. Ese es el Perú, la historia de América, la civilización más antigua del continente, el imperio que lo conquistó todo en la región, tenemos todo para ir a 300/km por hora en dirección al desarrollo.

 

El potencial que guarda nuestra tierra es incalculable, solo necesitamos ser un equipo de emprendedores que apunte al mismo objetivo, menos política, menos enfrentamientos entre peruanos y más trabajo conjunto para hacer del Perú una nación próspera. Como bien versa el dicho, del cuero salen las correas, es decir necesitamos elaborar el cuero, sin cuero no podrá haber crecimiento para lo demás, y en un mundo globalizado debemos adaptarnos a las reglas de juego internacionales para ser competitivos y crecer.

 

Los gobernantes deben principalmente velar por la educación, salud y seguridad, y proporcionar las reglas de juego claras y competitivas, para permitir que los emprendedores cumplan con la loable y demandante labor de crear empresa, aterrizar sueños, crear trabajo, crear riqueza, en resumen, producir el cuero para que existan las correas.

 

El Puerto de Chancay es un gran proyecto, es una puerta más de entrada a la República Popular China, un país cuya visión global y acelerado desarrollo lo ha convertido en un indiscutible líder y potencia mundial; es parte del gran proyecto de la República Popular China de difundir sus lazos comerciales con distintas regiones del mundo a través de la versión moderna de la Ruta de la Seda, hoy llamada “Belt and Road” y con el Puerto vendrán industrias y distintos beneficios para nuestro querido país. Este es el inicio de algo mucho más grande.

 

El Estado debería allanar el camino para que el país vuele llevando adelante cientos de proyectos que están en las mentes de los peruanos emprendedores, pero frenados por un sistema excesivamente draconiano. Este sistema debe cambiar radicalmente y abrazar estos proyectos para posibilitar su alumbramiento en menos de un año y que no tengan que pasar, en algunos casos, más de 10 años de gestación.

 

Solo en el sector de minería hay más de US$60.000 millones frenados; asimismo, tenemos un enorme potencial en el sector turismo no desarrollado, que si copiáramos modelos exitosos de Zonas Francas Turísticas, podríamos apuntar a igualar a México con 30 millones de turistas y no solo los 7 millones de turistas planteados como gran objetivo, y con esa cifra, a través del turismo, le cambiamos la vida a millones de peruanos. Pensemos en grande, pensemos fuera de la caja, que nuestros rostros estén bien dirigidos al sol para no ver las sombras de los pesimistas, de los obstruccionistas, de los nefastos retrógrados que impulsan modelos que han fracasado históricamente en el mundo y recientemente en toda la región.

 

Debemos apuntar a esa transformación, ese es el reto que cualquier piloto de fórmula uno debería exigir: ¡Allanen el camino que voy a sacarle fuego a esta máquina llamada PERÚ!

 

Autor: José Ignacio De Romaña

 

Gran ayuda a la comunidad de Chancay

El Megapuerto de Chancay generaría más de 9.000 empleos y crearía más de 300 nuevos negocios locales. Asimismo, se promueven acciones en el sector educación con becas para estudiantes de secundaría para los familiares de seis asociaciones de pescadores artesanales, y se financia la formulación del estudio de preinversión para la ampliación y el mejoramiento del servicio de educación del Instituto Educativo Superior Tecnológico Público Chancay que tiene como sus principales objetivos reforzar su carrera de contabilidad.

 

 

Las notas suscritas por Huaraz Noticias son producidas por miembros de nuestra redacción bajo la supervisión del editor antes de ser publicadas. Esto significa que se implementó un equipo editorial que evalúa los temas antes de publicarse, salvo tengan firma distinta a esta. Si usted tiene algún comentario sobre nuestro trabajo, comuníquese con nosotros.

Advertisement
Advertisement

Ver más

Más en nacionales