En Huaraz, las tradiciones familiares y patronales son un legado que perdura de generación en generación, y el pasado fin de semana no fue la excepción. La calle Hualcan se convirtió en el epicentro de la alegría, al son de una banda de músicos, el tradicional trago, y una efusiva celebración organizada por el mayordomo de la familia Castillo en honor a la Virgen del Rosario.
La ex parada Quillcay se llenó de vida con la música festiva y la vibrante energía de la comunidad, que se unió para celebrar esta tradicional festividad. Los presentes para el mayordomo fueron entregados con gran entusiasmo, resaltando la unidad y el espíritu comunitario que caracterizan a estas celebraciones.
A pesar de los desafíos y problemas que enfrenta la ciudad, la gente de Huaraz demuestra una vez más su compromiso con sus raíces y la preservación de sus tradiciones. Las imágenes de esta festiva ocasión en medio de los problemas que rodean a la ciudad son un recordatorio inspirador de la resiliencia y la importancia de mantener vivas las costumbres que han pasado de generación en generación.
