La Municipalidad Provincial de Huaraz se ha convertido en un campo de batalla donde los regidores no se ponen de acuerdo ni para sancionar a un alcalde cuestionado por presunta misoginia. Mientras Huaraz enfrenta problemas de tránsito y obras mal hechas, el concejo municipal está sumido en una guerra interna que deja a los ciudadanos como espectadores de un circo político.
Cuatro regidores han presentado un pedido de «autovacancia», que la ley no contempla, contra el alcalde David Rosales Tinoco, acusándolo de sexismo, violencia de género y una gestión desastrosa. Otro grupo de siete regidores exige su suspensión inmediata, pero no logran consensuar una estrategia clara. Mientras tanto, Rosales sigue en el cargo, aparentemente confiado en que la falta de unidad entre sus opositores jugará a su favor y que tendría mayoría en el consejo municipal en medio de rumores que muchos regidores reciben obras, servicios y consultorías con personas allegadas.
El detonante del escándalo fue el comportamiento del alcalde durante el Rompecalle Huaracino del Carnaval Huaracino 2025, donde protagonizó un incidente sexista, misógino y acosador contra una reportera. Sin embargo, esto solo fue la gota que colmó el vaso. Denuncias por violencia de género, deficiencias en los servicios públicos y una administración errática han generado un clima de hartazgo entre los huaracinos.
La sesión del 19 de febrero termino de ser un espectáculo político. Mientras algunos regidores se indignan en público, otros parecen proteger al alcalde bajo la mesa. ¿Rosales caerá por sus escándalos o la falta de unidad entre sus enemigos le dará una nueva vida política? Huaraz observa, pero las soluciones siguen sin llegar.
