Un grupo de turistas denunciaron el completo abandono que presentan las instalaciones del Camposanto de Yungay, ubicado en la provincia homónima.
Este espacio conmemora a las víctimas del aluvión ocurrido el 31 de mayo de 1970, donde miles de personas murieron sepultadas por el lodo, hielo y rocas.
Al ser patrimonio cultural del país y de Áncash, debería recibir un cuidado especial por parte de las autoridades.
Sin embargo, al ingresar no se encontró personal de seguridad o control de visitantes, la señalización estaba deteriorada y rota, y bienes como buses y piedras fueron pintadas y rayadas sin control. Además, ciertas zonas de las áreas de grass carecen de región y no lucen verdosas.
Actualmente el Camposanto es administrado por la Municipalidad Provincial de Yungay, liderada por el alcalde José Romero.
Además, se cobra un ingreso de 10 soles por persona, teniendo gran afluencia turística local y extranjera, lo cual debería destinarse a supervisión y mantenimiento.
Ante esta situación, surge el cuestionamiento sobre el uso de los fondos recaudados al no existir control ni garantía de protección del espacio.
En abril 2022 se presentó un proyecto para declarar intangible e inalienable el Camposanto, pero el municipio no parece darle importancia.
