La reciente muerte de Claudia Guerrero Zúñiga ha dejado a sus dos menores hijos en una situación de orfandad y abandono. Este trágico evento nos lleva a reflexionar sobre las circunstancias que rodearon la vida de estos niños antes de la pérdida de su madre.
En julio de 2020, los mismos menores fueron encontrados en un estado deplorable en la Av. Confraternidad Internacional Oeste 651 por Serenazgo de Independencia (Huaraz), lo que indica una conducta de ambos padres de posible negligencia que ahora se complica con la muerte de su madre.
Es importante que en este caso las autoridades tomen medidas inmediatas para evaluar la situación de estos niños y garantizar su bienestar. La ley peruana establece que los menores tienen derecho a una protección especial, y es deber del Estado asegurar su cuidado y atención cuando se encuentran en situación de vulnerabilidad. El Código de los Niños y Adolescentes resalta la responsabilidad del Estado en la protección de los derechos de los menores, incluyendo el derecho a una familia y a un ambiente seguro.
Surgen las dudas sobre quién asumirá la custodia de los niños. Según información disponible, el padre de los menores, Miguel Rojas Hinostroza, quien también habría estado ausente en el pasado en hechos como las de julio del 2020, podría quedarse con la custodia lo cual advierte algunas dudas sobre la capacidad para brindar el cuidado y la estabilidad que los niños necesitan en este momento crítico.
La ley establece que los padres tienen el deber de cuidar a sus hijos, y el abandono puede tener consecuencias legales graves. El Poder Judicial ha advertido que quienes abandonen a menores hijos pueden enfrentar penas de hasta ocho años de prisión si su abandono resulta en la muerte o un grave daño a la salud del menor. Sin embargo, en situaciones como esta, donde el padre ha demostrado una falta de compromiso en el pasado, es fundamental que las autoridades evalúen cuidadosamente si es adecuado que asuma la custodia.
La muerte de Claudia Guerrero Zúñiga y el estado de abandono en el que se encontró alguna ves a estos niños, antes de su fallecimiento, nos obligan a preguntarnos sobre la eficacia de las instituciones encargadas de proteger a los más vulnerables.