Pese a los esfuerzos humanitarios desplegados por autoridades locales y regionales en Áncash tras el desborde del río Casca ocurrido el pasado 28 de julio en la zona de Jinua y comunidades anexas, decenas de familias continúan enfrentando una dura realidad: la falta de agua potable, un recurso vital que hasta hoy no llega con regularidad a sectores como Pumpac.

En esta comunidad, el colapso total del sistema de agua potable administrado por la Junta Administradora de Servicios de Saneamiento (JASS) ha dejado a sus habitantes, en especial a madres de familia y niños, sin acceso al servicio desde hace más de una semana. La situación se agrava cada día, ante la ausencia de soluciones concretas por parte de las autoridades correspondientes.
«Por favor pedimos a la municipalidad que nos apoyen con el agua. Desde el lunes 28 hasta hoy no tenemos ni una gota. Para recibir un poco de agua tenemos que bajar hasta Ucuraman, donde está llegando toda la ayuda», manifestaron con preocupación los vecinos de Pumpac a Huaraz Noticias.
Aunque las autoridades vienen realizando labores de apoyo en distintos frentes —como reparto de víveres, carpas y kits de emergencia—, el problema del agua se mantiene como una de las principales demandas insatisfechas, lo que pone en riesgo la salud y dignidad de las personas afectadas.
Huaraz Noticias hace eco del clamor de la población e invoca a la Municipalidad Distrital, al Gobierno Regional de Áncash y a los organismos de gestión de riesgos a priorizar la atención con cisternas de agua o soluciones temporales inmediatas, antes de que esta crisis se transforme en un problema de salud pública.