Una ciudadana anónima ha elevado una grave y urgente alerta pública sobre la ola de violencia e inseguridad que afecta a trabajadores y vecinos de la zona de Barranquito, donde —desde hace más de un mes— bandas criminales operan impunemente extorsionando, robando y agrediendo a quienes intentan ganarse la vida de forma honesta.

“Estamos cansados, angustiados, y sobre todo abandonados”, expresa la denunciante, quien señala que los principales afectados son jaladores de clubes nocturnos, seguridades de discotecas, vendedores de comida, licorerías, restaurantes y pequeños emprendedores.
Modus operandi impune
Las denuncias son contundentes: extorsiones y cobros de cupos, robos organizados desde vehículos polarizados y taxis falsos, y agresiones físicas brutales, como la que sufrieron recientemente dos jaladores por negarse a pagar, hecho registrado en video por los propios vecinos.
“Ingresan a restaurantes, comen y se van sin pagar. Roban en licorerías. Amenazan a quienes reclaman. Marcan los locales. Y lo hacen con total conocimiento de los horarios en los que no hay policías ni serenazgo”, afirma la ciudadana.
Según relata, los delincuentes se movilizan en motos y carros de lunas polarizadas, lo que alimenta la sospecha de que conocen los movimientos y tiempos del patrullaje oficial.
Presencia policial ineficaz

Tras un reciente atentado en una conocida discoteca, efectivos policiales se presentaron durante tres días, pero luego su presencia desapareció, limitándose actualmente a tomar fotos y retirarse sin mayor acción.
“No entendemos cómo estas bandas actúan con tanta facilidad. Necesitamos presencia real y constante, no solo apariciones momentáneas”, reclamó la vecina.
Vecinos organizados claman por justicia
Frente a esta situación, los vecinos y trabajadores de la zona han comenzado a reunirse para organizarse y exigir respuestas claras a las autoridades locales y regionales. Su único pedido: poder trabajar con tranquilidad y vivir sin miedo.
“No es justo que ganarse la vida implique arriesgar la seguridad propia y de nuestras familias. Esto tiene que parar antes de que ocurra una tragedia mayor”, finaliza la ciudadana denunciante.