En último día de la paralización nacional e convirtió en un escenario de enfrentamientos en el mercado central de Huaraz. Los comerciantes, que inicialmente habían cerrado sus puestos en señal de protesta, formaron piquetes para exigir el cierre de otros negocios, generando tensiones que rápidamente escalaron en violencia.
Los comerciantes y las casas de abarrotes que se negaron a acatar la medida de fuerza se convirtieron en el blanco de los manifestantes, quienes, enardecidos por la situación, no dudaron en recurrir a actos de vandalismo. Los enfrentamientos se prolongaron por varias horas, dejando como saldo diversos daños materiales y un ambiente de tensión en la ciudad.
Los protestantes argumentaron que su intención era presionar a las autoridades para que tomen medidas efectivas contra el sicariato y garanticen la seguridad de la población. Sin embargo, la forma violenta en que expresaron su descontento generó una ola de críticas y condenas por parte de la ciudadanía.
