La inseguridad en la ciudad alcanza niveles alarmantes. La noche de ayer, a las 9:01 p.m., delincuentes armados irrumpieron en una farmacia ubicada en la Av. Raimondi, frente a la Dirección Regional de Agricultura.

En cuestión de minutos, se llevaron más de S/ 4 mil de las transacciones del agente bancario y las ventas del día, además de perfumes y desodorantes, lo que llevó a los vecinos a apodarlos los «Malditos Apestosos».
El pánico entre comerciantes y ciudadanos es evidente. Este asalto no es un hecho aislado; la semana pasada, una enfermera fue víctima de la delincuencia en la misma avenida. Sin embargo, más allá de la indignación por los robos, lo que causa mayor preocupación es el abandono total en el que está sumergida Huaraz.
El equipo de Seguridad Ciudadana de la Municipalidad no opera con eficacia, y más del 60% de sus cámaras de vigilancia están inservibles, dejando a la población expuesta. Ante la falta de acción de las autoridades, los centros comerciales y negocios han tenido que implementar sus propias medidas de seguridad.
Los vecinos exigen soluciones inmediatas, mayor presencia policial y una respuesta concreta de las autoridades antes de que la ciudad se hunda aún más en la delincuencia.