Con energía y devoción, las roncadoras de la provincia de Caraz fueron protagonistas en la tradicional Misa de Cruces, llenando el ambiente de música y tradición.
Integrados por dos músicos, cada uno con su flauta y tambor característicos, tocaron de manera incansable durante horas, contagiando a todos con el ritmo y la esencia de esta celebración.
Tras la culminación de la misa, la fiesta se trasladó a la Alameda Grau, donde los músicos continuaron con su repertorio, haciendo que los asistentes se unan al baile y disfruten del compás de sus melodías. El sonido envolvente de las roncadoras reafirmó su papel fundamental en la festividad, manteniendo viva una tradición que sigue pasando de generación en generación.
La entrega y el fervor de los músicos de Caraz destacaron en la celebración, demostrando su compromiso con la tradición y su devoción a la Misa de Cruces.
