El colapso de un tramo de aproximadamente 100 metros de la carretera PE-12A, conocida como la «Carretera de la Muerte», ha dejado incomunicada a la provincia de Marañón, en Huánuco. La crecida del río Marañón arrasó con la plataforma vial en la zona de Suchimán, afectando también a Tayabamba y Patáz en La Libertad, así como a Sihuas en Áncash, generando una crisis de movilidad para miles de habitantes.
Carretera de la muerte

Ante la interrupción del tránsito, los pobladores han optado por rutas extremas para desplazarse, escalando cerros y atravesando terrenos inestables en condiciones de alto riesgo. La falta de vías alternas ha convertido estos peligrosos caminos en la única opción para llegar a sus hogares, centros educativos y lugares de trabajo, exponiéndose a posibles accidentes fatales.

Además del peligro inminente para los transeúntes, la crisis afecta gravemente el abastecimiento de productos esenciales. Transportistas y comerciantes advierten que la interrupción de la vía impide el traslado de alimentos, medicinas y combustible, lo que podría derivar en una crisis humanitaria si no se toman medidas urgentes.

Las comunidades afectadas exigen una respuesta inmediata por parte del Gobierno y las autoridades regionales para la rehabilitación de la vía y la implementación de medidas de seguridad que prevengan más tragedias. La falta de intervención oportuna en esta zona crítica podría agravar aún más la situación y poner en riesgo la vida de cientos de personas que dependen de esta ruta para su día a día.