Hoy recordamos un año más de la ausencia física de María Alvarado Trujillo (1930-12-19 – † Lima, 2001-05-24), conocida inicialmente como “Torcacita Ancashina” luego como “Pastorita Huaracina”.
Su música y su gesto cultural permitieron que el huayno, que no fuera registrado ni por el Inca Garcilaso de la Vega ni Guamán Poma de Ayala, llegara a ser masificado y revalorado como un tipo de música cantada y bailada exclusivamente por la gente del pueblo; llegando a constituirse en un símbolo cultural andino de resistencia frente a la arremetida de los grupos de poder.
Entre sus interpretaciones está “Tu boda”, tema musical que aparece entre los yaravíes publicados por el caracino Celso Torres (1859-1918) con el título de “Matrimonio” (“Me han dicho que tú te casas/Y así lo publica el tiempo:/ Dos funciones se han de hacer, / Mi muerte y tu casamiento”).
El Yaraví ya es creación posterior a la invasión española y su antecedente más inmediato es el harawi prehispánico de tono triste y melancólico, que solían cantar las mujeres durante la cosecha. Los versos cantados por nuestra Pastorita huaracina, han sufrido, como es natural, muchos cambios que obedecen a la evolución de las sociedades.
Es así como en esas letras predomina el desamor, la ingratitud, el pesar y la traición que han conservado del yaraví colonial. El ritmo lento de la canción (ya contemporánea) se asemeja a esos dos mundos en conflicto: el recuerdo del amor y el predominio de la fatalidad.
A 22 años de la muerte física de nuestra “Pastorita Huaracina”, puedo afirmar sin temor a equivocarme, que el huayno que ella se encargó de pasear sus bondades por distintos escenarios nunca morirá. Solo condensará, como siempre, los sueños y pesadillas de los runas andinos, asimilando y desechando elementos en cuyo interior late por siempre la modernidad versus la tradición.(Vidal Herrero)
