Los pobladores de Llipa, Raján y Cajamarquilla, en la provincia de Ocros, han alzado su voz de alarma ante el inminente colapso del puente Rapay Cañón, infraestructura clave que conecta múltiples comunidades con la capital provincial.
A pesar de los reiterados llamados de atención, las autoridades locales y regionales han incumplido su compromiso de inspeccionar la estructura, lo que ha generado indignación en la población. Imágenes compartidas por los propios comuneros muestran cómo las bases del puente están cediendo lentamente, aumentando el riesgo de colapso y dejando en peligro la transitabilidad de la zona.
Este puente no solo permite el acceso a Ocros, sino que también es vital para el transporte de productos agrícolas y el traslado de personas hacia centros de salud y otras ciudades. Su deterioro pone en riesgo la economía local y la seguridad de cientos de familias que dependen de esta ruta diariamente.
Los pobladores han advertido que, si las autoridades continúan ignorando el problema, tomarán medidas de protesta para exigir una solución inmediata. Hacen un llamado urgente al Gobierno Regional de Áncash y al Ministerio de Transportes y Comunicaciones para que intervengan antes de que ocurra una tragedia.