Narda Mejía, exdirigente sindical y amiga de Lara, recordó con profunda tristeza la partida de su compañera.
«Eli era una mujer excepcional, con un corazón enorme y una determinación inquebrantable. Siempre estuvo al frente de las batallas más difíciles, defendiendo los derechos de los más vulnerables», expresó Mejía.
Lara, conocida por su valentía y su espíritu combativo, dedicó gran parte de su vida a luchar por mejorar las condiciones laborales de los trabajadores del hospital y a garantizar una atención de calidad para los pacientes. Su legado perdurará como un ejemplo de compromiso y entrega.
«La partida de Elizabet es una gran pérdida para todos nosotros», afirmó Mejía. «Su voz seguirá resonando en nuestros corazones y nos inspirará a continuar su lucha».