En un impactante giro de los acontecimientos, el Regidor Jhonatan Mendoza ha destapado un preocupante patrón de irregularidades en las obras ejecutadas por la Municipalidad de Huaraz. A pesar de las advertencias emitidas por el Órgano de Control Interno (OCI), se ha descubierto que diversas obras de pequeña envergadura están plagadas de problemas, como proyectos defectuosos, sobrevaloración en la compra de materiales y un manejo cuestionable de personal.
Más sorprendente aún, estas obras continúan avanzando sin tener en cuenta las serias observaciones realizadas durante el proceso de inicio. Un ejemplo contundente de esta alarmante situación es la última cuadra de la avenida Luzuriaga. A pesar de las objeciones planteadas por el OCI, la autoridad edil ha optado por hacer caso omiso y ha procedido con la ejecución de la obra.
Sin embargo, el silencio del alcalde ante estas revelaciones no pasa desapercibido. En medio de acusaciones de complicidad y encubrimiento, se ha puesto de manifiesto una preocupante falta de rendición de cuentas por parte de la máxima autoridad. Aun más sorprendente es la revelación de que la secretaria general ha informado a los regidores sobre las observaciones del OCI, insinuando que estos también comparten la culpa por no haber supervisado adecuadamente los gastos.
