Con profundo recogimiento y como estaba previsto, se celebró ayer la tradicional misa crismal en el Sagrario San Sebastián de Huaraz, presidida por el obispo de la diócesis.
Esta ceremonia, que volvió a realizarse después del terremoto de 1970, congregó a decenas de familias huaracinas, jóvenes y miembros de la comunidad en general, quienes llenaron la casa de Dios en vísperas de la Semana Santa.
Durante la homilía, el obispo alentó a los presentes a no dejarse vencer por el desaliento, recordando que el espíritu y la fe en Dios son la verdadera riqueza que llena el alma y otorga paz. Además, elevó oraciones por quienes no pudieron asistir debido a enfermedad, deseando su pronta recuperación para que puedan reencontrarse con la comunidad y la fe en San Sebastián.
