Don Marcelino Abad Tolentino, más conocido como “Mashico”, ha desafiado todas las probabilidades al llegar a la increíble edad de 124 años. Este hombre de acero, nacido en Huánuco, Perú, el 5 de abril de 1900, ha vivido una vida llena de aventuras y trabajo duro, y hoy en día es un ejemplo inspirador de la importancia de los hábitos saludables y de disfrutar cada momento.
Mashico creció en una época diferente, sin las comodidades que tenemos hoy en día. A los 7 años quedó huérfano y tuvo que trabajar desde pequeño para sobrevivir. Criaba animales, vendía locro en las fiestas de los pueblos y trabajaba como peón en las chacras.
La mayor parte de su vida la vivió solo en la hacienda abandonada de Cormilla, en el distrito de Chaglla, un lugar remoto al que se llega tras un viaje de más de seis horas en auto y una caminata de una hora y media.
El secreto de su longevidad
Mashico atribuye su longevidad a una vida tranquila y una dieta saludable. A pesar de no haber tenido acceso a la educación formal, siempre se ha mantenido activo y ha disfrutado de las cosas simples de la vida. Su historia nos enseña que no hay una fórmula mágica para vivir muchos años, pero que sí podemos aumentar nuestras posibilidades llevando una vida sana y llena de alegría.
Mashico, a pesar de su avanzada edad, se mantiene lúcido y con un gran espíritu. Actualmente vive en la casa hogar “Mis Abuelitos” en Huánuco, donde recibe el cariño y la atención que necesita. Su historia es un símbolo de esperanza y un recordatorio de que nunca es tarde para vivir una vida plena y feliz. Mashico mide un metro con 30 centímetros, no sabe leer ni escribir y no tuvo esposa ni hijos. Carecía de partida de nacimiento y de DNI.