En el último día del año, mientras la ciudad de Huaraz se veía afectada por una persistente lluvia, una situación caótica se desarrolló en la céntrica Avenida Luzuriaga. Cientos de comerciantes informales, aprovechando la festividad y la falta de control municipal, tomaron las calles, generando un desorden generalizado.
A pesar de las inclemencias del tiempo, numerosos ciudadanos se acercaron a la zona para realizar sus compras de fin de año. Sin embargo, la presencia masiva de vendedores ambulantes, ofreciendo una gran variedad de productos, desde alimentos hasta artículos de limpieza, dificultó la circulación peatonal y vehicular.
La falta de presencia policial y municipal en la zona fue evidente, lo que permitió que los comerciantes informales se extendieran por toda la avenida, ocupando incluso las veredas. Esta situación generó malestar entre los vecinos y comerciantes establecidos, quienes denunciaron la falta de orden y la competencia desleal.
