En un drama que ha afectado la vida cotidiana de los residentes del apacible barrio de Nueva Esperanza en Tacllan Alto, Huaraz, una queja unánime ha surgido: la intrusión de una secta evangélica en el campo deportivo del colegio Cimas School ha llevado a una invasión sonora sin precedentes.
Con sus potentes parlantes, esta comunidad religiosa realiza su proselitismo de día y de noche, inundando todo el barrio con un estruendo ensordecedor. Las ventanas vibran y la paz se ha vuelto un bien escaso, ya que ni los menores pueden concentrarse en sus estudios ni se puede disfrutar de la televisión o la radio. En respuesta, los vecinos han alzado la voz y exigen soluciones inmediatas para restaurar la armonía en su comunidad.