Su director, Miguel Romero, denunció que los trámites exigidos por la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) de Áncash impiden la ejecución de obras urgentes, poniendo en riesgo la seguridad de los estudiantes.
El problema radica en que la institución necesita construir un muro del interior, pero al estar ubicada en lo que se considera una zona arqueológica, las autoridades exigen una certificación especial para realizar cualquier intervención. “Lamentablemente, para levantar un pequeño muro nos piden esta certificación, cuyo trámite no solo es engorroso, sino que implica un costo significativo, lo que retrasa cualquier acción inmediata”, explicó Romero.
El director enfatizó que, pese a los esfuerzos de la institución, la falta de flexibilidad de los organismos encargados dificulta la solución del problema. “Hemos exigido que se priorice la vida de las personas sobre cualquier otro interés, pero hasta ahora no hay comprensión ni respuesta efectiva”, agregó.
Los padres de familia también han expresado su preocupación y piden una pronta intervención para evitar que los alumnos estén expuestos a riesgos innecesarios.
