Huaraz, la capital de Áncash, se prepara para recibir a miles de turistas durante Semana Santa, pero en lugar de mostrar su mejor rostro, la ciudad luce desordenada y caótica.
A la destrucción de su principal vía, la avenida Luzuriaga, se sumó ayer la instalación improvisada de consultorios médicos y áreas de recreación en plena vía pública, entre el Poder Judicial y el Centro Cultural de Huaraz.
Lo que podría haber sido una medida para facilitar el acceso a la salud, especialmente para personas en situación de pobreza extrema, terminó por agravar el caos urbano. La mezcla de bullicio, tránsito interrumpido y falta de planificación ha convertido este sector en un punto de desorden total, afectando tanto a transeúntes como a comerciantes.
La gestión del alcalde, ya duramente cuestionada por la población, parece profundizar la crisis urbana con medidas que, en lugar de ordenar la ciudad, generan mayor desorganización. Con Semana Santa a la vuelta de la esquina, el panorama preocupa a los ciudadanos, quienes ven cómo su ciudad pierde belleza y funcionalidad en medio del caos
