Otro de los problemas más serios que se vive al interior del COER Áncash es el enfrentamiento entre trabajadores con contrato permanente y los del régimen CAS. No solo los separa la marcada diferencia salarial, sino también los aparentes celos profesionales y la lucha por conservar espacios de poder dentro de la institución.
Según testimonios recogidos, algunos trabajadores intentan “defender su territorio”, lo que ha generado un ambiente de tensión que pone en entredicho la razón de ser del COER, creado para reunir a profesionales altamente capacitados en gestión de riesgos y desastres. Sin embargo, este objetivo nunca se concretó plenamente.
“La institución fue politizada por los gobiernos regionales de turno, y eso debilitó su estructura técnica. Hoy, más que una entidad de prevención, parece un campo de batalla interna”, comentó otro servidor de forma anónima.
Esta situación refleja la urgencia de una reorganización profunda, no solo administrativa, sino también humana, que permita recuperar la misión técnica y social del COER Áncash.