La polémica en torno al camal municipal de Huaraz continúa. A pesar de una inversión cercana a un cuarto de millón de soles en su mantenimiento, las puertas de esta infraestructura permanecen cerradas, dejando a los carniceros sin un lugar adecuado para realizar sus labores y a la población sin garantías sobre la calidad de la carne que consumen.
La gestión edil actual decidió realizar estas obras a pesar de las advertencias de la Contraloría, que señaló que el camal no contaba con las autorizaciones necesarias para su funcionamiento. Sin embargo, se procedió a implementar nuevas tarifas y a abrir el establecimiento por unos días, para luego cerrarlo sin dar mayores explicaciones.
Ante esta situación, los carniceros se han visto obligados a utilizar camales improvisados o los servicios del camal de Carhuaz para abastecer a los mercados de Huaraz. Esta situación genera preocupación entre los consumidores, ya que no se garantiza la salubridad de los productos cárnicos.
El regidor Vladimir Gomero ha solicitado un informe detallado a la comisión de salud sobre los motivos del cierre del camal municipal. “El alcalde se niega a dar una explicación clara a la ciudadanía sobre esta situación, por lo que es necesario que la comisión de salud nos brinde un informe técnico que nos permita entender qué está sucediendo”, señaló Gomero.
