En un escenario ya cargado de angustia y pesar por el hallazgo del cuerpo sin vida del comerciante Ramírez Mejía, la ciudad de Huaraz se sumerge ahora en un mar de indignación y frustración. Los familiares del fallecido expresan su furia contra el alcalde de Huaraz, David Rosales, por no reparar las cámaras de vigilancia malogradas que podrían haber proporcionado pistas cruciales sobre el trágico evento.
La cámara ubicada en la Av. Raimondi, que debió captar los últimos momentos de vida de la víctima, está fuera de servicio desde principios de año, según denuncian los familiares. Esta situación ha llevado a la comunidad a cuestionar la capacidad y la competencia del alcalde para abordar problemas fundamentales de la ciudad, y las voces que piden su destitución se hacen cada vez más fuertes.
La familia del comerciante ha tomado la iniciativa de recopilar información por su cuenta utilizando cámaras privadas. Estas grabaciones han revelado que el hombre caminaba desde el sector de Barranquito aparentemente en buen estado de salud, pero su rastro se pierde en la Av. Raimondi. Los primeros indicios sugieren la posibilidad de asfixia o intoxicación, pero la falta de imágenes de las cámaras públicas dificulta el esclarecimiento de los hechos.
Este trágico incidente ha intensificado la demanda de respuestas concretas y soluciones por parte de las autoridades locales. La inacción del alcalde ha dejado a la comunidad huaracina sumida en la incertidumbre y la desconfianza, alimentando la creciente voz de la revocatoria que clama por un liderazgo efectivo y comprometido con la seguridad y el bienestar de la ciudad.