En una protesta cargada de simbolismo, los habitantes del distrito de Chingalpo, en la provincia de Sihuas, decidieron vestir con una pollera al alcalde Pablo Murillo como una clara señal de rechazo hacia su gestión.
Esta singular manifestación tuvo lugar frente a la Municipalidad Distrital, donde decenas de ciudadanos se concentraron para realizar un plantón, exigiendo el cumplimiento de los compromisos que la autoridad edil asumió con el pueblo.
El acto de vestir al alcalde con la pollera, un símbolo de desprecio y descontento, fue protagonizado por un grupo de pobladores, quienes, además de la prenda, mostraron su enojo y frustración con el desempeño del burgomaestre. Los manifestantes acusaron al alcalde de ser ineficiente, de mantener una actitud de desinterés ante los problemas de la comunidad, y de estar completamente desconectado de las necesidades más urgentes del pueblo.
Entre las principales demandas de los pobladores, destaca el abandono del mantenimiento vial en diversas zonas del distrito, la inasistencia constante del alcalde al lugar, la falta de ejecución de obras públicas prometidas durante su campaña, la escasa transparencia en el manejo del presupuesto participativo y el incumplimiento de promesas fundamentales. Según los residentes, estos problemas han generado un malestar generalizado y una sensación de abandono por parte de la autoridad local.
Una de las dirigentes comunales, señaló: “El alcalde no escucha, no cumple y no da la cara. Esta protesta no es un capricho, es el resultado del abandono al pueblo”. La protesta se desarrolló en un ambiente de unidad y fuerza, donde los participantes corearon consignas como “El pueblo unido jamás será vencido”, reflejando el hartazgo de una población históricamente marginada.