La ingeniera Cintia Santillán, especialista en comercialización ecológica de IDMA, advirtió sobre los graves riesgos para la salud que representa el consumo de estos productos contaminados. El Fipronil, un insecticida altamente tóxico, puede causar daños neurológicos, endocrinos y reproductivos en seres humanos.
Ante esta preocupante situación, IDMA ha puesto en marcha diversas iniciativas para promover la agricultura orgánica en las comunidades campesinas de Ancash. A través de capacitaciones y asistencia técnica, se busca impulsar la producción de alimentos saludables y libres de químicos, generando así una alternativa viable para los agricultores y consumidores.
«Es fundamental que las autoridades tomen conciencia de esta problemática y promuevan políticas públicas que fomenten la producción de alimentos sanos y seguros», señaló la ingeniera Santillán. «La agricultura orgánica no solo protege la salud de las personas, sino que también contribuye a la conservación del medio ambiente».