Desde ayer, comenzaron a borrarse físicamente muchos recuerdos que marcaron la vida de decenas de promociones. Aulas, patios y pasillos que fueron testigos de risas, aprendizajes, amistades y sueños de tantos estudiantes, hoy han quedado en escombros.
Sin embargo, esos espacios siguen vivos en la memoria y el corazón de quienes vivieron allí los mejores años de su vida escolar. Por más nueva que sea la infraestructura que se levante, los recuerdos no desaparecerán jamás.
Estas imágenes reflejan el traslado de bienes y materiales hacia el local de contingencia, que será nuestro nuevo espacio temporal para continuar con las actividades académicas mientras se concreta este ambicioso y necesario proyecto.
Es un instante de profunda nostalgia para toda la comunidad educativa y para Huaraz, pero también de ilusión y esperanza. Sabemos que todo cambio trae consigo oportunidades de crecimiento. Confiamos en que esta transformación fortalecerá aún más el legado de nuestra querida institución y nos permitirá seguir formando generaciones con calidad, valores y compromiso.
¡Gracias a todos por acompañarnos en este proceso de renovación y por mantener viva la historia del Colegio Santa Rosa de Viterbo en cada recuerdo compartido!
