A pesar del rechazo vecinal y las protestas de los padres de familia del colegio La Libertad, el gerente de Obras de la Municipalidad Provincial de Huaraz, Billy Chamana —cuestionado por su escasa ejecución y gestión técnica durante la administración del alcalde David Rosales— ha ordenado el reinicio de los trabajos en la Av. Gamarra, alegando que “las lluvias ya pasaron”.
La decisión ha generado malestar en diversos sectores de la ciudad, especialmente porque no se ha presentado un plan de contingencia claro para evitar perjuicios a los escolares y vecinos de la zona. El consorcio encargado de la obra, por su parte, ya ha confirmado que retomará la ejecución pese a no haber resuelto los cuestionamientos previos ni socializado medidas de mitigación con la población afectada.
Lo que más ha indignado a la ciudadanía es la falta de coherencia en los criterios de intervención. Mientras se ordena reanudar los trabajos en Gamarra, una vía en pleno uso por estudiantes y comerciantes, la emblemática Av. Luzuriaga —a solo una cuadra de la Plaza de Armas y eje central del centro histórico de Huaraz— continúa abandonada desde hace meses, con veredas destruidas y sin señales de reactivación.
“¿Por qué una obra sí y la otra no? ¿Qué intereses hay detrás?”, cuestionaron vecinos de ambos sectores, quienes exigen transparencia en las decisiones municipales y la inmediata presentación de los planes de contingencia exigidos por ley.
El contraste ha reavivado los cuestionamientos hacia la gestión edil, acusada de falta de planificación, improvisación y trato desigual en la ejecución de obras públicas. Líderes vecinales y dirigentes sociales han anunciado que solicitarán la intervención de la Contraloría para fiscalizar el uso de los recursos públicos y la legalidad del reinicio de la obra en Gamarra.
