Cumplía su trabajo de poner orden a la invasión informal para permitir el tránsito peatonal y vehicular.
Una vez más, los vendedores informales que todos los días toman las calles de la ciudad, en la ex parada Quillcay y se dedican a la venta de limones, muchos de ellos integrados por toda una familia, terminaron de agredir al policía municipal.
Aguilar Antúnez, el policía municipal agredido dijo, “Caminaba con mis compañeras por la ex parada, recomendando a los vendedores respeten el orden y despejen las veredas y las pistas, sorpresivamente salieron un grupo de vendedores todos de una sola familia y me golpearon hasta reventarme el labio.
En medio de mucha turba de persona, sólo busque salir del medio, ante la furia de los atacantes”.
Ante estos actos de violencia, el gerente de servicios públicos, hizo un llamado a la población en general pidiendo que, antes de cuestionar el trabajo de la policía municipal que busca poner orden, valoren su trabajo y no la del informal.
