Es preocupante ver cómo la falta de gestión municipal permite que una ciudad turística como Huaraz quede desprotegida los fines de semana, permitiendo que vendedores informales ocupen las calles de manera descontrolada, convirtiéndolas en espacios de residuos y contaminación.
La situación se vuelve aún más alarmante cuando estos vendedores no asumen la responsabilidad de mantener limpio el entorno que ocupan, incluso llegando al extremo de verter aguas hervidas en las vías públicas, generando un entorno insalubre y peligroso para los transeúntes.
Es esencial que las autoridades locales se involucren con programas de orientación y concienciación para estos vendedores informales. Si no se toman medidas preventivas efectivas, podría ser necesario implementar sanciones más estrictas para preservar el entorno y garantizar un ambiente limpio y seguro para residentes y visitantes por igual.