La Contraloría General de la República determinó que, a pesar de la urgencia de contar con estos implementos de bioseguridad, los funcionarios de la UGEL Huaraz dilataron el proceso de adquisición. Peor aún, la compra se concretó cuando la emergencia sanitaria ya había culminado, lo que evidencia una total falta de planificación y responsabilidad.
Además, durante el proceso de selección, los miembros del comité evaluador otorgaron la buena pro a un postor que no cumplía con todos los requisitos establecidos en las bases, lo que constituye una clara irregularidad. Asimismo, se detectó que se recibieron productos que no formaban parte de la oferta original.
Entre los implicados en este escándalo se encuentra el titular del sector, Daniel Almeyda, quien deberá responder ante las autoridades competentes por estos hechos.