El barrio de Shancayán demostró su fe y unidad al trasladar su imponente cruz de más de cinco metros de altura por las calles de Huaraz.
La pesada cruz, elaborada con esmero por los propios vecinos, pesa más de 150 kilos y requirió la fuerza de más de 30 personas para su traslado.
Luego de la emotiva misa de cruces realizada en la iglesia San Francisco, la cruz inició su regreso a Shancayán en medio de un ambiente de fe, música y danza. La procesión se convirtió en una verdadera manifestación de devoción y unidad, donde todos los presentes disfrutaban del baile y la alegría que caracteriza a la festividad de Shancayán.
Los vecinos destacaron la importancia de esta tradición, que se transmite de generación en generación. La procesión de la cruz es un símbolo de la identidad y la fe del barrio de Shancayán.