Tras múltiples postergaciones y promesas incumplidas por parte del Consorcio Cruz Blanca y la Municipalidad Provincial de Huaraz, finalmente ayer se reiniciaron los trabajos en la avenida Luzuriaga.
Sin embargo, el inicio fue lento y desorganizado, con escaso personal en obra y pocas maquinarias, según registraron diversos medios locales.
Lo que debía ser una intervención planificada y eficiente ha comenzado con señales preocupantes: la rotura de tuberías de agua y desagüe ha generado nuevos desperdicios de agua potable, en una ciudad donde el acceso al recurso hídrico ya es limitado. Vecinos de la zona temen que, nuevamente, impere la improvisación, como ocurrió en el primer intento de ejecución del proyecto.
“Esperamos que esta vez trabajen con responsabilidad y planificación. Ya hemos sufrido demasiado con calles abiertas, polvo y abandono”, expresó uno de los vecinos afectados.
Se espera que la empresa ejecutora y las autoridades municipales coordinen de manera efectiva y eviten más errores técnicos que sigan afectando la vida cotidiana de comerciantes, peatones y residentes del centro de Huaraz.