Varios de ellos ya fueron asistidos con oxígeno que hasta hoy es un insumo insuficiente en el Víctor Ramos Guardia de Huaraz.
Médicos, enfermeras, asistentes y trabajadores de la salud, ante la gran demanda de más casos con COVID19, ya no solo de Huaraz sino del callejón de Huaylas, tuvieron que ser internados en la única carpa que hace meses se instaló en el patio del hospital de Huaraz.
El estado delicado de muchos de ellos, se pudo verificar porque ya dependían de un balón de oxígeno, que, hasta el cierre de este informe, las enfermeras advertían su agotamiento.
Mientras tanto, en la parte externa del hospital, familiares de los pacientes asintomáticos, muy nerviosos, en medio del silencio, observan los ajetreos del personal médico, para asistir a sus familiares, ya instalados en la carpa COVID19.
Se desconoce si estos pacientes pasaran la noche en las carpas y que tan resistentes serán estas, ante las bajas temperaturas que ya se viven en la ciudad de Huaraz. Lamentablemente el hospital sigue colapsando en medio de la desesperación de sus trabajadores y la indiferencia de sus autoridades regionales y de salud.
