Se levantan en horas de la madrugada para poder comprar grandes cantidades de alfalfa, para luego venderlo al menor, ganándose la vida dignamente y no esperar el asistencialismo del gobierno.
Todos los días, en medio del frio, las bajas temperaturas, decenas de mujeres que en muchos de los casos son padres y madres de su hogar, desde horas de la madrugada, se presentan por el puente Huascarán, lugar donde se realiza todo tipo de transacciones en la compra venta de alfalfa, conocido popularmente como pasto.
Estas mujeres de diferentes edades, salen a trabajar para ganarse el pan del día con su trabajo y sudor, mas no con asistencialismo del gobierno y sus famosos bonos, mujeres dignas de imitar.
