Antes de terminar la cuarentena en Huertas, funcionaba a la perfección y tenía un vigilante.
Mientras los médicos exigen que se siga practicando el protocolo de bioseguridad para evitar el contagio de la covid-19 y evitar que sigan muriendo más gente, los vendedores de la mala llamada exparada Quillcay, incumplen con el protocolo de bioseguridad terminando de contagiar su zona en peligrosa.
Porque terminaron abandonados a su suerte no solo el control de ingreso, sino el LAVADERO DE MANOS, la misma que luce totalmente descuidada, sin jabón, sin caño, sin agua, sin nada, provocando que las personas que ingresan al centro de abastos al no tener opción de lavarse las manos ingresan sin verificación alguna. Mire las imágenes, y saque sus conclusiones.
