El hedor del humo que se emitían eran insoportables, razón que obligó a cerrar la atención al público no sólo del centro cultura sino de una serie de instituciones estatales y privadas como negocios.
La explosión de materiales volátiles, como tiner, pinturas que estaban almacenados en el vestuario destinados a los obreros de parques y jardines, pero que terminaron de explotar ante la presencia de fuego, origino no solo desprendimiento de fuego, sino hedores fuertes que llegaron hasta el último nivel del centro cultural.
El hecho, habría obligado a la administración el cierre total de las oficinas que funcionan al interior del centro cultural, como se aprecia en imágenes, hasta que pueda tener no solo controlado el incendio, sino el hedor que hace imposible mantenerse en el interior.
