En medio del silenció total, la policía resguarda la ciudad, y las obreras de limpieza cumplen su trabajo.
Mientras miles de huaracinos, asustados, temerosos, presionados, consientes, responsables como irresponsables, cumplen el estado de inmovilización social o, toque de queda, y se refugian en sus casas desde las 7 de la noche hasta las 4 de la madrugada, del día siguiente.
Se cumple el sexto día de silencio total en las calles de Huaraz, esta vez, con la presencia de una policía Nacional exigente, con los pocos transeúntes que a paso acelerado intentan llegar a casa o su trabajo, pero son intervenidos por la policía que les exige su pase laboral.
Mientras que, en otra esquina silenciosa como oscuras, se aprecia grandes cantidades de basura, las obres de limpieza, inician su larga jornada de trabajo, en pleno toque de queda.
