Durante una emotiva ceremonia, su hija, Isabel, recordó los años que compartió con su madre en el hospital.
«Los primeros 15 años de mi vida los viví junto a ella, viendo cómo ayudaba a los demás con tanto amor y compasión. Su legado vivirá siempre en mi corazón», expresó con voz entrecortada.
Lara, conocida por su sensibilidad y empatía, dedicó gran parte de su vida a cuidar de los enfermos y a luchar por mejorar las condiciones de salud en la comunidad. Su partida deja un vacío en el hospital y en el corazón de quienes la conocieron.
«Mi madre era una mujer excepcional», afirmó Isabel. «Agradezco a todos los que la quisieron y la valoraron. Ella siempre estará presente en nuestros corazones».