La persistente lluvia que cayó sobre la ciudad de Huaraz durante el fin de semana no fue obstáculo para que cientos de familias se dirigieran al cementerio a visitar a sus seres queridos fallecidos en el Día de los Muertos.
Con paraguas y ponchos, los visitantes recorrieron los pasillos del camposanto, llevando flores, velas y ofrendas para honrar la memoria de sus difuntos. Los responsos, realizados al pie de la inmensa cruz que conmemora a las víctimas del sismo de 1970, fueron un emotivo momento en el que las familias se unieron en oración.
A pesar de la tristeza que caracteriza esta fecha, en los rostros de los visitantes se pudo apreciar también una mezcla de nostalgia y alegría al recordar a sus seres queridos. Muchos compartieron anécdotas y recuerdos, mientras que otros simplemente se quedaron en silencio, contemplando las lápidas y sintiendo la presencia de sus familiares fallecidos.
La tradición de visitar a los difuntos en el Día de los Muertos es una costumbre arraigada en la cultura peruana, y los huaracinos demostraron una vez más su profundo respeto por sus ancestros, al acudir al cementerio a pesar de las inclemencias del tiempo.