Supervivencia es la acción y efecto de sobrevivir, sobretodo en escasez y condiciones adversas.
La COVID-19 es
una condición adversa para nuestra salud que incluso va a devenir en una gran escasez
económica para la humanidad, ya que una de las medidas para contenerla, es el
llamado aislamiento social (cuarentena), que en gran manera disminuye la posibilidad
de contagio del nuevo coronavirus y que los contagiados a gran escala no
terminen colapsando el precario sistema de salud peruano.
Hoy en día el
promedio de casos nuevos para el SARS COV 2 fluctúa entre los 4500 contagiados
al día, lo que nos permite concluir que poco han funcionado las medidas tomadas
por el Gobierno Peruano, digamos que esta falta de resultados tiene diversas
razones, como lo es el sometimiento a cuarentena a un país donde el 70 % de su
población subsiste de la economía informal, la misma que ha conllevado a la
ruptura del aislamiento casi desde los inicios del mismo.
Por otro lado los
beneficios económicos implementados como entrega de bonos, no han llegado a
tiempo al bolsillo de los ciudadanos que más lo necesitaban, por el contrario
agravó la situación al generar conglomeración con inmensas colas en los bancos,
asimismo desaciertos como el querer experimentar con ideología de género en
plena crisis, con el día varón /mujer, y por supuesto los grandes indicios de
corrupción en el manejo de millones de soles destinados a aplacar la pandemia,
hechos denunciados en diversas regiones por la prensa, agudizando aún más la
poca inversión en salud y saneamiento en los últimos 50 años.
Y quizás un hecho
claro que primó, en nosotros los peruanos, es considerar la economía sobre la
salud y el peligro de morir.
A esta crisis de
la salud mundial se suma el retroceso de la ciencia en recomendar la no
utilización de fármacos esperanzadores como la hidroxicloroquina y la
Ivermectina.
A la vez que la
posibilidad de contar con una vacuna se avizora aún para el 2021. ¿Frente a
esta situación, conque armas contamos los peruanos para enfrentar la guerra?
Las que previenen el contagio, como son el distanciamiento a dos metros, el uso
de mascarillas y el correcto lavado de manos.
Salir a trabajar
no quiere decir que rompas estas normas, como lo hemos visto últimamente en el
Emporio Comercial de Gamarra. Ya conocemos las reglas del juego para retrasar
la agresividad de ésta pandemia, que hace que el 20 % de los contagiados
terminen hospitalizado y aproximadamente
un 5 % fallezcan.
Esperemos que las
autoridades tomen decisiones más correctas y no queda otra que los peruanos de
hoy en adelante cambiemos de actitud, eso significa disciplina para la supervivencia,
mientras tanto así evitaremos el colapso de los hospitales, nuestra posibilidad
de dejar esta tierra o la muerte de un ser querido, además permitiremos ser
beneficiarios de lo que la ciencia avance en el descubrimiento de fármacos
antivirales y por qué no, los beneficios de la ansiada vacuna.